Cuando uno piensa en Ámsterdam es inevitable que acudan a la mente las características viviendas de estrechas e irregulares fachadas en diferentes colores. Estas peculiares edificaciones tienen su origen en antiguos almacenes comerciales, de ahí su estratégica colocación junto a los canales de la ciudad.
Pero estas coloridas casitas no son las únicas que provienen del importante sector del comercio marítimo de Ámsterdam. La capital europea esconde en el barrio de Keetwonen una extensa flota de apartamentos para estudiantes fabricados con contenedores navieros. La barriada de container-houses, diseñada en 2004 por Tempohousing, está formada por bloques de cinco alturas, entre los que transcurren calles y espacios verdes.
If you think in Amsterdam, you can’t help thinking in those unique houses with narrow and irregular fronts in different colours. These particular buildings come from antique commercial warehouses, and that’s why the are placed close to the canals of the city.
But these colourful houses are not the only ones that come from the huge Amsterdam’s commercial sector. The european capital hides in the Keetwonen neighbourhood a big number of students’ apartments made with shipping containers. The container-houses zone, designed by Tempohousing in 2004, is formed by five floors blocks nearby streets and parks.
Diseño de interiores de casas contenedor
El aspecto exterior de esta ciudad estudiantil está a la vista de todos, ¿pero cómo son por dentro las casas contenedores? Según Tempohousing, se trata de pisos bien equipados, con un buen aislamiento y mucho más baratos que las viviendas de la zona. Cuentan con salón, baño, cocina, dormitorio y amplios ventanales que los convierten en un lugar luminoso y cálido.
Desde el punto de vista de la decoración cabe preguntarse qué posibilidades ofrece un espacio tan pequeño y aséptico como un contenedor marítimo. Aunque parezca mentira, son más de las que parece. Al igual que en cualquier otra vivienda, jugar con las tonalidades de paredes, suelo y decoración textil es la clave para lograr una mayor sensación de apertura. En el caso de los apartamentos de estudiantes de Ámsterdam, la combinación de blanco, gris y verde en las paredes, el suelo enmoquetado en un tono oscuro y el mobiliario minimalista de estilo nórdico, son responsables del efecto de amplitud visual.
Camuflaje vs. exposición de lo industrial
Pero hay otras maneras más ambiciosas de decorar estas pequeñas casas contenedores. Los revestimientos de madera, por ejemplo, aportan calidad y naturalidad a un espacio que, en su exterior, destaca por la frialdad de la estética más industrial. Para los amantes de esta tendencia decorativa, una buena opción es dejar a la vista al menos una de las paredes (o el techo) del container, aportando así un toque moderno y diferente.
El mobiliario también es crucial en estos casos, donde los muebles de ordenación, como estanterías o librerías, son los principales aliados.
Sea como sea, Ámsterdam no es la única ciudad del mundo en contar con edificios de containers. La misma empresa que desarrolló allí este particular vecindario de contenedores es la responsable del Hotel Yenagoa de Nigeria, que ofrece suites de lujo en el interior de una estructura de contenedores navieros. En Haití, la compañía fabricó tras el terremoto de 2010 un hotel para alojar a los numerosos cooperantes que viajaron a la zona.
Por su versatilidad, bajo coste y el carácter eco-friendly que supone darle una segunda vida a estos recipientes metálicos gigantes, las casas contenedor se perfilan como nueva alternativa para la construcción de hoteles y edificios. ¿Será la construcción de viviendas individuales lo siguiente que se generalice en todo el mundo?